El sur de España es uno de los pocos lugares que quedan en Europa donde conducir es un placer. El tráfico en las zonas rurales es escaso; en algunas zonas es posible conducir durante kilómetros sin ver otro coche y el paisaje en esta parte del mundo es espectacular sin descanso. Las carreteras en sí suelen ser excelentes. Lo único a tener en cuenta son los conductores españoles conducen un poco locos; porque no se puede negar que los españoles están en una liga propia cuando se trata de conducir de forma imprudente. España tiene la tasa de mortalidad en carretera más alta de Europa, solo superada por Portugal. No es que los españoles no sepan conducir (España tiene uno de los exámenes de conducir más difíciles del mundo); simplemente tienden a conducir por la autopista como si estuvieran en una pista de Le Mans. Si es un conductor nervioso o inexperto, le convendría evitar las autopistas principales tanto como sea posible y optar por las rutas panorámicas.